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CENTIS: Reto tras reto

  • Fecha de publicación: 16 Diciembre 2020
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En 25 años el CENTIS se ha nutrido de hombres y mujeres de ciencia muy calificados. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera / Bohemia.
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María Victoria Valdés Rodda / Fuente: Cubadebate

Las celebraciones redondas con las que los seres humanos agasajamos a un colectivo vienen a ser el momento más alto de una serie de fases o etapas transcurridas con utilidad y exitoso desempeño. Sin embargo, cuando se cierra un ciclo comienza otro porque esa es ley de vida. El hecho de que el Centro de Isótopos (CENTIS), -institución de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA)- cumpliera este 14 de diciembre, 25 años de fundada, no significa que haya llegado al cenit de su actividad, por el contrario, tiene ante sí un largo camino dada la importancia que en la República de Cuba se le confiere a las Ciencias de cara al progreso nacional.

El subirse en el carro de la razón y el análisis nos viene de muy lejos, incluso de la época colonial. Reiteradamente se piensa en la medicina, pero la física ocupó un lugar peculiar en el pensamiento ilustrado del sacerdote Félix Varela quien, a los 24 años, en 1812, se convirtió en el primer profesor de Física en Cuba. Por increíble que parezca construyó un laboratorio para estudios de esa especialidad en el mismísimo Seminario de San Carlos, desde donde aplicó su enseñanza experimental en suelo cubano. Fue deportado por sus ideas emancipadoras de la Corona Española, refugiándose en los Estados Unidos. Allí murió solo y abandonado. Se cerraba así un ciclo vital en apariencia inútil.

La nacionalidad cubana también se ha fraguado gracias a la impronta del saber científico, médico y filosófico. Mas tales empeños fueron esfuerzos inconexos y como por saltos, no por ciclos. Triunfó la Revolución en 1959 y a partir de esa fecha es que se crearon una red de instituciones médicas, de la ciencia y la técnica. Así, sus ciclos de beneficio llegan a una fase a partir de los cuales vuelven a repetirse en el mismo orden. De modo que el CENTIS ha celebrado 25 años de creación, pero tiene aún mucho que dar. En los últimos meses el desafío ha sido mayor: Covid-19 y un implacable bloqueo de la estadounidense administración de Donald Trump.

Reconocimiento a la consagración científica

El CENTIS a través de Niurka María González Orberá, Secretaria General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, las Ciencias y el Deporte, reconoció la labor de quienes lo han dado todo en 25 años. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera / Bohemia.

Este lunes 14 de diciembre los trabajadores del Centro de Isótopos fueron convocados de nuevo. Solo que esta vez, por unas horas, abandonaron laboratorios e instalaciones especializadas para festejar su primer cuarto de siglo, similar a la edad de muchos de los jóvenes que han descubierto junto a sus compañeros mayores que la ciencia que hacen salva vidas.

La máxima de la centuria pasada, de producir bienes y servicios para la salud basados en la utilización de sustancias radioactivas con total seguridad, se patentiza a diario en el CENTIS. Ese gran logro y otros tópicos fueron reverenciados en el acto central, presidido por José Fidel Santana Núñez, viceministro primero del CITMA, por Joel Queipo Ruiz, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y del buró ejecutivo del comité provincial del partido de La Habana y por Niurka María González Orberá, Secretaria General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, las Ciencias y el Deporte, y por otros compañeros.

Al hacer uso de la palabra René Leyva Montaña, director general del CENTIS, agradeció a sus predecesores por contribuir a que la institución haya alcanzado la situación actual, que se distingue por la excelencia y la favorable disposición de cada uno de los trabajadores a no reparar en horas de trabajo ni reto de ningún tipo.

Como bien expresó en su intervención, la remembranza no puede abarcarse exhaustivamente en un acto conmemorativo “más cuando la misión del CENTIS se vincula a la salud, y sus sectores destino principales son los servicios de medicina nuclear y unidades de oncología, los servicios de endocrinología y los centros en institutos de investigación en biomedicina. Además de radiofármacos y moléculas marcadas, sus líneas principales de productos, CENTIS suministra diagnosticadores con base a sustancias radioactivas y algunos diagnosticadores clínicos convencionales”.

René Leyva Montaña especificó asimismo que el Centro “brinda además servicios de marcaje de moléculas y estudios farmacocinéticos útiles al desarrollo de nuevos fármacos”.

Tiene razón el director del CENTIS, abracar toda una vida de más de dos décadas es difícil de describir en poco tiempo, incluso si se trata de una crónica. Por eso esta comentarista prefiere traer a primer plano los adjetivos altisonantes que describen un ciclo de abnegación, de buena y segura ciencia, una que ha privilegiado la salud del pueblo con radiofármacos, usuales en el mundo desarrollado, aunque de lujo para los países pobres. El CENTIS sobresale por sus aplicaciones terapéuticas en determinados tumores, así como en los sistemas de gestión de calidad en medicina nuclear.

Hay allí una amalgama de generaciones, las que fueron reconocidas etapa tras etapa hasta llegar a las actuales. También se realzaron dos figuras imprescindibles para el despegue primero y luego para el afianzamiento de la energía nuclear. Una de ellas es la científica Rosa Elena Simeón, especialista de Primer Grado en Higiene y Epidemiología, quien además llegó a ser presidenta de la Academia de Ciencias de Cuba y también titular del CITMA. El otro, es el físico nuclear y Doctor en Ciencias Fidel Ángel Castro Díaz–Balart que, al momento de su fallecimiento, se desempeñaba como Asesor Científico del Consejo de Estado y vicepresidente de la Academia de Ciencias de Cuba. En el caso de este último el homenaje fue recibido por su hijo Fidel Antonio Castro, también físico nuclear.

En la actividad de aniversario hubo elogios para organismos y entidades siempre al lado de quienes trabajan con los isótopos. Se mencionaron a muchos. Solo un botón de muestra: el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, el Centro para el Control estatal de medicamentos, equipos y dispositivos médicos (CECMED), más una larga serie de gratitudes que incluyen desde la embajada de la República Argentina, hasta Aerogaviota, o la Cámara de Comercio. Se patentizó un aprecio especial a la vez que compromiso firme con la Agencia de Energía Nuclear y Tecnología de Avanzadas, y con el CITMA.

Creatividad más allá de la ciencia

René Leyva Montaña, director del Centro de Isótopos, reafirmó su compromiso con la calidad y la consagración de sus trabajadores. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera / Bohemia.

Alguien que lea esta información cronicada puede pensar que se trató de una actividad formal, sin toque humano. Para nada, hubo música e intercambios fraternos. Además, los jóvenes del Centro sorprendieron al auditorio con la presentación de un audiovisual que recoge expresiones de los protagonistas de estos 25 años, donde no faltó el humor y la tristeza por aquellos que partieron físicamente: Nancy, Duká, Yusleyvis, Marbelis y Valentina. Cuando esta reportera quiso saber sobre esa peculiar iniciativa liderada por Olania Herrera González, (también moderadora del acto), ingeniera radioquímica de venti y pico de años, sus creadores me confirmaron lo que ya a esa altura sabía: cuando se entra al CENTIS se le quiere para siempre.

De similar opinión es Zaida Amador Balbona, ingeniera en energética nuclear y doctora en Ciencia y Tecnología, perteneciente al CENTIS desde su fundación. Ella dijo a las cámaras, y luego lo reiteró para Bohemia, que muchas veces recurrió a las enseñanzas aprehendidas del libro Lo conseguirás luchando, del ruso Vladimir Popov, porque en el Centro de Isótopos “todo ha sido un gran reto”.

Y eso lo irán experimentando las nuevas generaciones porque, como todo proceso, también el que vive el ser humano, deriva en una culminación de fases, en un ir cerrando y abriendo ciclos. En este 25 aniversario dos jóvenes con los que conversó esta reportera lo certifican. Para Karla Cala, técnica del laboratorio de radio farmacia, el CENTIS es su iniciática experiencia laboral. Confiesa que junto a los mayores ha aprendido a cogerle el ritmo al trabajo, a la disciplina férrea, necesaria para la seguridad de lo que hace. Dijo sentirse bien y espera permanecer allí por muchos años.

Otra de las entusiastas es Yuneisy Sánchez, que con modestia encomiable afirmó que ella lo que hace es limpiar. Ante el arqueo de cejas de quien escribe, Yuneisy sonrió y precisó: sí, pero no es una limpieza cualquiera, porque se trabaja con radioactivos y hay que cumplir todos los protocolos en el laboratorio, área en la que se desempeña. Ella apenas lleva un año en el CENTIS y también dice sentirse super feliz en un colectivo que arropa y que enseña a enfrentar desafíos constantes.

Por eso estamos seguros que vendrán otras conmemoraciones redondas. Y otros ciclos que se cerrarán y abrirán nuevos puntos de partida con gente increíble que asume constantemente retos porque ama lo que hace.

(Tomado de Bohemia)

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