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En marcha, laboratorio de primer mundo en Camagüey

  • Fecha de publicación: 10 Noviembre 2020
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Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva / Adelante
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Jorge Enrique Jerez Belisario / Fuente: Adelante

CAMAGÜEY.- Reacción en cadena de la polimerasa, PCR por sus siglas en inglés, es un nombre que ya nos suena familiar. El método de diagnóstico más confiable para detectar la COVID-19 y más empleado en busca de los coronavirus, halla la presencia de material genético específico de los patógenos.

Un estudio de ese tipo necesita un laboratorio de biología molecular equipado con tecnología de punta, de primer mundo, y muy cara. Camagüey pronto lo tendrá.

Por lo avanzado de la obra se espera que sea el próximo inaugurado en el país, como parte del esfuerzo para que cada provincia tenga uno, a pesar de lo costosísimo de la tecnología. Ya se reacomodan las áreas de lo que era el laboratorio de las consultas externas del hospital pediátrico provincial Eduardo Agramonte Piña.

Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva / Adelante

TRABAJO EN CADENA

De experiencia única la califican los involucrados en su construcción, las estrictas medidas de seguridad a cumplir han variado más de una vez la idea inicial. El vínculo con los epidemiólogos a pie de obra y las indicaciones de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), sumado a las experiencias acumuladas en otros territorios, han permitido ganar tiempo y adecuar la construcción a las necesidades de una institución que posibilitará procesar las muestras en Camagüey, sin tener que enviarlas a otro territorio, como se ha hecho desde que llegó la pandemia a Cuba.

Según explicó Marisol Hernández Torres, jefa de inversiones, mantenimiento y sistemas ingenieros de la Dirección Provincial de Salud, por el riesgo biológico que entraña, el moderno laboratorio, Categoría 2, tendrá su entrada independiente de la del centro asistencial.

Las obras civiles están valoradas en más de 400 000 pesos, a lo que se suma el costo del equipamiento. Cumplir una tarea así, en poco más de un mes, lleva el esfuerzo de mucha gente. Los inversionistas, el ejecutor (la brigada de construcción, reparación y mantenimiento José Martí, integrada por trabajadores por cuenta propia), electromédicos, eléctricos, hidráulicos, laboran conscientes de que de su agilidad, con calidad, depende una pieza fundamental en el enfrentamiento al nuevo coronavirus en la provincia.

“Ya se concluyeron los empotramientos hidráulicos, sanitarios, se fundieron y están enchapando las mesetas, para luego ponerle falso techo y carpintería. Los requerimientos sanitarios y de seguridad no dejan mucho a la creatividad, comenta Hernández Torres. Contará con un filtro sanitario, un área para recepcionar las muestras, tres laboratorios comunicados por transfer, de manera tal que estas nunca salgan al pasillo central. En el segundo local, la zona verdaderamente roja del laboratorio, realizan la descontaminación por un extractor. Luego pasa a un sitio donde se mezcla y en el tercero está el equipo que las procesa”, detalló.

Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva / Adelante

Además, la institución requiere un servicio exclusivo de electricidad y agua.

El extractor y el equipo de PCR ya arribaron a Cuba y en los próximos días deben llegar al territorio. La otra parte del equipamiento estaba en funcionamiento en distintos lugares de Camagüey y ahora los electromédicos la ponen a punto.

En ese sentido el ingeniero biomédico Yosbel Tabares Alfonso, director del Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina en la provincia, aseguró que una vez concluida la parte civil comienza la instalación de los equipos, “para ganar tiempo los freezer y autoclaves son sometidos desde hace días al proceso de revisión y reparación. La instalación la hacemos nosotros mismos, de conjunto con el personal del Centro Nacional de Electromedicina y Tecnosuma”, dijo.

Y como aquí el tiempo vale vidas, en 72 horas luego de terminado el inmueble, el equipamiento debe estar listo para pruebas y certificaciones el laboratorio.

Con experiencia en obras de la Salud, la brigada de cuentapropistas asumió esta conscientes de que tenía que haber calidad y rapidez en su ejecución. “Es un orgullo laborar en una obra que va a beneficiar a nuestro pueblo. El trabajo va fluyendo, los recursos están, el 15 de noviembre pensamos entregarla si no hay inconvenientes. En este momento hay 12 trabajadores de distintas especialidades e incorporaremos más en la medida que se requieran. Además, estamos presentes en el ‘Oncológico’ y el ‘Amalia’”, enfatizó Yoani López Pelegrino, jefe de la brigada.

REACCIÓN DE UN LABORATORIO

El personal seleccionado recibe capacitación en la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de Camagüey. Se trata de personas que han estado en el enfrentamiento directo a la epidemia y por tanto tienen experiencia en su manejo. Hasta ahora, prevén turnos de 24 horas, bajo estrictas medidas de protección que incluyen baños cada cierto tiempo y la esterilización de los medios de protección aunque sean desechables; luego deben entregarse a Comunales para vertirlos porque por regulaciones ambientales no se pueden incinerar.

Carlos Busquet García, director del Hospital Pediátrico, aclaró que aunque radicará en áreas de ese centro asistencial, tendrá carácter provincial y será una herramienta muy útil para el diagnóstico, no solo de virus respiratorios, también de otras afecciones.

“Hoy nuestras muestras se trasladan a Villa Clara. Este permitirá tener los resultados de las pruebas aquí mismo, mucho más rápido, agilizará la toma de decisiones y economizará el enfrentamiento a la enfermedad. En un futuro nos permitirá estudiar otro tipo de microorganismos. El uso de un laboratorio así representa un nivel científico superior para los hospitales y un medio diagnóstico más certero”.

Según Alfredo Leal Gutiérrez , jefe del programa de Infecciones Respiratorias Agudas del territorio, en el control de las enfermedades transmisibles resultará primordial, “porque un mal diagnóstico puede ser el comienzo de un derroche de recursos o de la expansión de la enfermedad. Muchas de las enfermedades infecciosas en el mundo se trabajan con PCR por su precisión. Por ejemplo, para el dengue ya no tendríamos que esperar al sexto día para hacer un IgG o 21 para un IgM. Ello acorta los ingresos por sospecha, eleva la efectividad en el control de focos y permite economizar estancias en instituciones hospitalarias. La tuberculosis también puede detectarse mediante PCR; permitiría defi nir el tipo de virus respiratorio. Ahora nada más decimos si es o no COVID-19, pero en el futuro podríamos afirmar si corresponde a H1N1 o cualquier otro”.

Que una nación del tercer mundo, asediada económicamente, cuente con una red de instituciones de este tipo cualquiera no lo creería, pero hablamos de Cuba, la misma que en pleno periodo especial decidió apostar a la ciencia sin importar cuánto pudiera costarle. Gracias a ese caprichoso empeño, Camagüey tendrá un laboratorio de primer mundo.

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