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La apuesta de Cenpalab por la soberanía tecnológica

  • Fecha de publicación: 15 Marzo 2021
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La apuesta de Cenpalab por la soberanía tecnológica
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Para el Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (Cenpalab) hay un concepto que es clave hoy en las condiciones económicas y políticas en que se desarrolla Cuba: la soberanía tecnológica.

Según Miguel Ángel Esquivel Pérez, jefe del Departamento de Vigilancia Tecnológica en la institución, cuando se fue a crear el centro toda la automática se iba a importar, y el Comandante en Jefe Fidel Castro propuso realizar un proyecto cubano, con autómatas propios.

Se hizo un proyecto integrado, con tecnología y know how cubanos, y lo hemos renovado constantemente. Somos dueños de la tecnología, los diseños son nuestros, aseveró a Cubadebate.

Esquivel Pérez afirmó que eso les da el potencial de, a partir de un autómata, desarrollar más cosas; trabajan con software libre, de lo cual se habla mucho, pero, en la concreta, no se hace lo suficiente.

En números, la plantilla de Cenpalab es de más de 630 trabajadores, entre ellos, 168 universitarios (58 con títulos doctorales y maestrías) y 252 técnicos medios, muchos mecanizadores, informáticos e ingenieros en refrigeración.

Hay un balance entre la parte biológica y la tecnológica que nos ha llevado hasta campos como el de la agricultura de precisión, aclaró el jefe del Departamento de Vigilancia Tecnológica.

En el centro fabrican los aisladores con filtros para los animales del área de gnotobiología, donde se encuentra el banco genético, pero también, maximizando el conocimiento acumulado, han avanzado en el segmento de las soluciones y productos para la automatización de procesos agrícolas.
Tenemos una plataforma, un sistema automatizado de gestión agrícola en tiempo real donde cada equipo (tractor, cosechadora, sistema de riego) está provisto con una computadora de propósito específico que diseñamos nosotros y se fabrica en el exterior, dijo.

Esquivel Pérez explicó que la computadora monitorea o automatiza procesos en ese equipo, cuenta con un módem que transmite inalámbricamente a través de la red de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), se almacena la información en un servidor y ahí hay aplicaciones con las que, a partir de los datos recibidos, se hacen reportes, análisis de tiempo trabajado y otras funciones o, de forma automática, se ejecutan tareas como la gestión del sistema de riego o la conducción del tractor.

La tecnología se puede aplicar en sistemas o en equipos específicos, como el que controla la profundidad de la preparación de tierra.

Hay otro en las fumigadoras o asperjadoras, en Cítricos Jagüey Grande, dotado de un sonar que permite que donde no hay plantas, o en el cambio de surco, el equipo no asperje, ahí se logra un ahorro importante del producto y mayor eficiencia en esa función, precisó.

Añadió que están también la fertilizadora que aplica la dosis exacta del producto, regulada según parámetros establecidos, y la sembradora que asegura alcanzar la densidad adecuada para mayor productividad de un cultivo.

Hoy, el sistema está desplegado en la finca Mestre y también en el central Jesús Rabí, de Matanzas, y existen más de 100 equipos de agricultura de precisión desplegados, tanto tractores como sistemas de riego.

Esquivel Pérez destacó que se va a extender a otros dos centrales, el Héctor Rodríguez, en Villa Clara, y el Ciro Redondo, en Ciego de Ávila; estos y el Rabí son los tres centrales azucareros que hoy cuentan con plantas bioeléctricas.

En cuanto a otras posibilidades de ampliación, apuntó que existe un programa y se ha previsto implementar esta tecnología en unas 15 empresas en los principales polos productivos, entre ellos Mayarí, las tres grandes arroceras (Los Palacios, Sur del Jíbaro y Fernando Echenique) y las grandes empresas de cultivos varios (La Cuba, Ceballos, Cubasoy, Valle del Yabú y Güira de Melena).

Trabajamos de manera general en sistemas intensivos de producción agropecuaria apoyados en la tecnología, y uno de los campos es la agricultura de precisión: lograr la automatización, la aplicación de tecnologías de la informática y las comunicaciones en la agricultura, señaló.
Muchas de estas plataformas no las podemos comprar porque se generan en Estados Unidos y en países de Europa; el sistema de autoguiado cuesta entre 60 mil y 70 mil dólares; lo produce Trimble, de Estados Unidos. No hemos logrado que nos lo venda alguna empresa.

Explicó que si tienes un tractor con GPS, manda su ubicación a la estación, que detecta cualquier desviación. El tractor tiene una conexión por radio y se corrige la posición constantemente.

La solución fue comprar los chips, y diseñar nacionalmente las placas y demás; no es lo mismo comprar el sistema, un paquete tecnológico, que comprar componentes que obviamente no se producen en Cuba, y entonces diseñar y armar uno propio.

Esto tiene varias ventajas, incluidas la económica y esa estratégica de la soberanía tecnológica; el equipo es nuestro, destacó el jefe del Departamento de Vigilancia Tecnológica del Cenpalab.

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