Las tecnologías inmersivas
- Fecha de publicación: 12 Mayo 2021



Granma
Imagine que está en su cuarto y desde ahí recorre el Memorial José Martí, ubicado en la Plaza de la Revolución. Más tarde, sin salir de la habitación, disfruta de una excursión a la Ciénaga de Zapata, en la que incluso se acerca a un cocodrilo y no le pasa nada. Se tira en su cama y tiene la sensación de estar descansando en Varadero. Esto, entre otras cosas, permite la realidad inmersiva.
Hace unos años todo eso era impensable. Ahora, con la revolución tecnológica, no hay nada imposible. La potencia de cómputo que tienen los procesadores abre puertas que hace unos pocos años eran objeto de las novelas de ciencia ficción. La realidad virtual y la realidad aumentada son dos ejemplos de esto.
La tecnología inmersiva intenta emular con un mundo físico, a través de uno digital o simulado, creando así un sentido de inmersión. Se modifica la percepción sensorial y se permite vivir experiencias capaces de trascender las barreras del espacio y del tiempo. Para conseguirlo, se combinan distintas tecnologías, principalmente la realidad virtual y la realidad aumentada, y la mezcla de ambas, a la que se nombra realidad mixta; aunque existen otras como la interfaz cerebro-computadora. Elementos característicos de la tecnología inmersiva son la inclusión de imágenes y signos lingüísticos que simulan la realidad física o, incluso, permiten interactuar con ella.
Estamos ante un conjunto de procesos multidisciplinarios que buscan la estimulación de distintos sentidos, principalmente la vista y el oído, aunque también se usan accesorios con técnicas sicomotrices. El uso de esas tecnologías en el ámbito de la educación, por ejemplo, puede modificar la forma tradicional de la enseñanza en todos los niveles, tornándola más ágil y motivadora.
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